lunes, mayo 08, 2006

THE PROPOSITION : NICK CAVE ENCUENTRA A PECKINPAH.(DVD)

por Miguel Angel Vidaurre.





“La suerte no perdona a nadie” (Euripides).

Un paisaje desértico, el calor acechando con violencia sobre un poblado más cercano a un miserable caserío que a un pueblo, cientos de moscas adheridas a los rostros y las espaldas sudadas de sus habitantes que contemplan con morbosa abulia como desollan vivo a latigazos al integrante de una pandilla. La escena parece tomada de “One-eyed Jacks” (1961), ese western ambiguo y anómalamente oceánico, que resulto de la única intervención de Marlon Brando en la dirección de un filme, cuando al personajes interpretado por Brando lo flagelan ante el pueblo atando sus brazos a un poste horizontal, no sin antes quebrarle los dedos de su mano derecha a culatazos, imagen con claras referencias a la pasión cristiana pero contaminada por una buena dosis de histérico masoquismo brandoniano.

Casi treinta años después aquella imagen de castigo público reaparece en el filme de Clint Eastwood “Unforgiven” (1992) como elemento catalizador para el estallido de la venganza (anteriormente la imagen del hombre azotado hasta la muerte ya había aparecido en la incipiente filmografía de Eastwood en “High plains drifter” (1973)). Hombres azotados en público, comunidades desintegradas unificadas bajo la consigna de la revancha social, el western de tono crepuscular originado en los sesenta deviene en tragedia decadentista.

Con Nick Cave en el guión, el director John Hillcoat construye un filme dotado de una sucia resplandecencia, una versión australiana del western americano de vocación fronteriza con una carga de tragedia clásica que es capaz de actualizar las nociones de protarchois Ate – la ceguera enviada por los dioses-desarrollada por Esquilo en su Agamenón que cuando golpea comporta la ruina inevitable.

Al estilo de los pandillas autodestructivas de Sam Peckinpah, el grupo de asesinos que protagoniza “The Proposition” no busca justificación en sus brutales actos, viven en una especie de iluminación narcótica que los arrebata del mundo cotidiano para volcarlos en un constante flujo de destrucción. Un líder mesiánico y alcoholizado, al estilo de los personajes interpretado por el Indio Fernández y una contraimagen encarnada por el hermano cargado de arrepentimiento que al borde la muerte – esa agonía purificadora que sumerge a los personajes de Eastwood en sus pequeños infiernos privados - se reencuentra con un indicio de la vieja ética del western clásico.

Figuras atrabiliarias sin posibilidad de salida, en donde el paisaje, el viaje y el enfrentamiento ya no operan como formas posibles de reivindicación o al menos como intención de fuga de una realidad impresentable. Las moscas cubren todos los cuerpos y la única escapatoria es la matanza. El héroe ya no solo ha sido exiliado del mundo sino que además ha sido poseído por la locura enfebrecida de las viejas erinias. Lo único que resta son tristes baladas de la muerte.

1 Comments:

Blogger consuelo said...

Excelente BLOG! Me gusta mucho Nick Cave. Trataré de ver el filme.
Saludos

4:59 p. m.  

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